¿Cómo limpiar el cepillo de la aspiradora?

El cepillo es un accesorio de limpieza verdaderamente útil que suelen incluir todas las aspiradoras. Sin él, aspirar tu piso, casa o apartamento sería muy difícil, especialmente a la hora de alcanzar las zonas de difícil acceso. Para sacar el máximo partido a tu aspiradora, debes limpiar el cepillo con la mayor frecuencia posible. Si no consigues deshacerte de la suciedad del cepillo de la aspiradora a tiempo, ésta acabará volviendo a las superficies de tu hogar. Debes limpiar el cepillo de la aspiradora lavándolo con agua y jabón suave o utilizando tus propias manos para eliminar la suciedad que pueda contener. En este artículo abordaremos, paso a paso, cómo limpiar el cepillo de la aspiradora.

Paso 1: La seguridad es lo primero

Dado que el cepillo se encuentra normalmente dentro del compartimento de limpieza de la propia aspiradora, el primer paso para limpiarlo es desenchufar la aspiradora de la toma de corriente. No intentes acceder al cepillo de la aspiradora sin cortar antes toda la alimentación del dispositivo.

Paso 2: Abrir el compartimento del cepillo de aspiración

Para acceder al cepillo de la aspiradora que requiere ser limpiado, coloca la aspiradora de lado para exponer los tornillos. Utiliza un destornillador compatible para desatornillar las fijaciones de la base. Muchas aspiradoras tienen unos cuatro tornillos que fijan el compartimento del cepillo en su sitio. Guarda los tornillos en un lugar seguro para no perderlos.

Paso 3: Extraer el cepillo

Una vez que hayas desatornillado las fijaciones de la base, el cepillo debería ser visible. Tienes que extraer el cepillo empujando suavemente un lado del cepillo hasta que se deslice fuera del alojamiento. Ten cuidado con este proceso para no causar daños irreparables al rodillo ni a la correa que lo acciona. Toma nota de la orientación del cepillo para que sea fácil volver a fijarlo una vez que hayas terminado el proceso de limpieza.

Paso 4: Lavar el cepillo

Después de extraer el cepillo de la aspiradora, ponlo dentro de un cubo de agua caliente. Mezcla el agua con un detergente suave, como el jabón de lavavajillas, para obtener mejores resultados. Con la mano, frota la suciedad del cepillo introduciéndolo repetidamente en el agua con jabón. Este proceso eliminará la suciedad que pueda haberse acumulado en las cerdas del cepillo. También puedes optar por emplear un útil adecuado para desprender las partículas de suciedad más resistentes que se hayan acumulado en el cepillo.

Paso 5: Secar el cepillo

El siguiente paso es secar el cepillo. Cuando hayas terminado de lavar el cepillo, utiliza trapos secos para limpiar el interior del accesorio. Deberás eliminar cualquier tipo de suciedad que aún pueda quedar en el interior. Seca las cerdas con un trapo. Una vez hecho esto, coloca el cepillo de la aspiradora de lado para que se seque por completo antes de intentar utilizarlo de nuevo.

Paso 6: Peinar el cepillo

Peinar el cepillo suele ser un paso necesario para limpiar toda la suciedad que pueda estar alojada en el cepillo, como por ejemplo, los pelos humanos y de mascotas. Para ello, ten a mano un peine viejo. Utiliza el peine para pasarlo por las cerdas del cepillo de la aspiradora varias veces. Este proceso ayudará a arrancar cualquier resto o pelo que se haya escapado del proceso de limpieza y secado previo. Tendrás que peinar el cepillo varias veces hasta que estés seguro de que el cepillo está tan limpio como deseas.

Paso 7: Aclarar y repetir

Deberás realizar estas actividades de limpieza de manera periódica si quieres ver mejorada la eficacia de tu proceso de limpieza doméstica. Esto debe hacerse con frecuencia si haces un uso regular de la aspiradora. Todo lo que tienes que hacer es seguir el proceso descrito en este artículo cuando notes una caida en el rendimiento de la aspiradora.

Para determinar la frecuencia de las limpiezas requeridas, elabora un programa de limpieza basado en tu uso del dispositivo. No obstante, procura limpiar la suciedad acumulada en el cepillo de tu aspiradora al menos tres veces al año o cada tres meses. Si descubres que el cepillo deja más suciedad de la que limpia, es una indicación evidente de que el cepillo necesita una limpieza. Sin embargo, no debes esperar hasta que sea obvio que el cepillo necesita ser limpiado.

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